En Gran Canarias, en San Bartolmé de Tirajana se encuentra uno de los lugares más espectaculares y bonitos de todo el archipiélago canario, son las Dunas de Maspalomas. Esta parte de la isla es conocida también por tener la Playa del Ingles, el Faro de Maspalomas y Meloneras, pero son sin duda las dunas lo que hace de este punto uno de los más visitados de Gran Canaria.

El buen clima son una constante en la parte sur de la isla, por lo que es perfecto para poder disfruta de la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas. Esta reserva está formada por tres ecosistemas diferentes, el Palmeral, la Charca y Las Dunas, tres zonas que forman un espacio natural de un valor incalculable.

Las Dunas de Maspalomas cuenta con unas 400 hectáreas, es un lugar de contrastes donde la dorada arena chocan con las azules aguas que bañan la costa. Además hay que destacar la cantidad de fauna que pasan por la Reserva Natural, cigüeñas, Gallineta Común, Focha Común, Chorlitejo Chico, Estornino Pinto, Bisbita Caminero, Tórtola Turca, otras especies de aves migratorias como el Flamenco Común, Garceta Común, Garza Real, Abubilla, Zarapito Trinador, Correlimos Tridáctilo, Vuelvepiedras y reptiles como el Lagarto Gigante de Gran Canaria o Perenquén de Boettger.

El municipio de Puntagorda dispone del conocido como Puerto de Puntagorda. Este lugar es un espacio natural al que se ldebe de llegar a través de una pasarela y que dispone de dos piscinas y zonas habilitadas para que los visitantes puedan zambullirse en las aguas del océano.

El entorno de el Puerto de Puntagorda está rodeado de unos acantilados impresionantes que realzan la belleza de este punto de La Palma. Las aguas del Puerto de Puntagorda son tranquilas y cristalinas, por lo que es perfecta para poder relajarse y disfrutar de una jornada perfecta en el mar.

Hasta el Puerto de Puntagorda se puede llegar realizando un sendero circular de unos 9 kilómetros que une el Pino de la Virgen con el puerto.

La Caldera de Bandama forma parte del término municipal de Santa Brígida, en Las Palmas de Gran Canaria. Las rutas que discurren por este paraje natural son fantásticas y pasan por los barrancos de Las Goteras y Guiniguada hacia la costa este.

La Caldera se formó hace aproximadamente cinco mil millones de años junto al volcán de Bandama, tiene unos 216 metros de profundidad, 574 de altura y unos mil metros de diámetro. No sólo tiene un valor geológico importante, también destaca como yacimiento arqueológico puesto que se encuentran la Cueva de los Canarios, donde los primeros pobladores de la isla almacenaban las cosechas y alimentos.

La Caldera de Bandama. que debe su nombre a un conocido comerciante flamenco apellidado Van Damme, atraviesa el mirador de Cornical, continúa por las Casas del Fondo, la cueva de las Bodegas, el estanque de El Culatrón y el cruce de las tres piedras.

En la zona se pueden ver plantas como el tajinaste blanco y el acebuche además de aves como el cernícalo, el capirote y otras aves autóctonas.

Situado en el termino municipal de Valleseco el Barranco de la Virgen forma parte del Parque Rural de Doramas, uno de los paisajes protegidos más importantes del archipiélago canario.

En el Barranco de la Virgen se pueden encontrar aún restos del bosque de laurisilva que en épocas pretéritas ocuparon gran parte de la isla. Este barranco a su vez alberga otro llamado el Barranco Oscuro que tiene la categoría de Reserva Natural Integral que es el máximo nivel que otorga la Red de Espacios Naturales de Canarias.

Los paisajes que se pueden encontrar en esta parte de la isla son impresionantes, fuertes acantilados que preservan una flora endémica única de esta parte de la isla como son La Cresta de Gallo o la Salvia Blanca.

Este Barranco de la Virgen dispone de abundancia de agua por lo que se desarrollo como una importante zona de agricultura, se pueden ver antiguas fincas y casas señoriales además de molinos que en su día sirvieron para favorecer el desarrollo económico.

El Barranco de la Virgen se encuentra rodeado de imponentes montañas, se puede encontrar gran cantidad de manantiales como Los Chorros, El Rapador, San Juan etc. El clima se caracteriza por temperaturas suaves y lluvias moderadas.

En el término municipal de San Miguel de Abona podemos encontrar el Monumento Natural de La Montaña Amarilla, un paraje de gran valor ecológico y protegido y que está en la parte sur de la isla. Entre los elementos que llama primero la atención es el color amarillento de sus tierras y sus formas sorprendentes fruto de las caprichosas erupciones volcánicas acompañadas de explosiones y la entrada en contacto del magma con el mar que se dieron en la isla hace siglos.

El paisaje de La Montaña Amarilla es imponente y en él sobresalen un conjunto de volcanes perfectamente alineados. Esta elevación fue creada a partir de erupciones marinas y es posible ver una duna móvil que quizás sea lo que más llama la atención.

A pesar de lo que pueda parecer en la Montaña Amarilla se puede ver una interesante variedad de flora y fauna en las que sobresalen las tabaibas dulces, muy abundantes, las casi extinguidas piñas de mar o lechugas de mar que antaño era utilizada por los marineros como alimento. También es posible ver cernícalos y currucas tomilleras.

En Adeje se encuentra el Monumento Natural de La Caldera del Rey, un entorno con un superficie que supera las 180 hectáreas. Esta caldera es una de las muestras de vulcanismo freatomagmático-explosivo de Tenerife, la amplia extensión de esta caldera dejará impresionado a todos los visitantes, además se encuentra totalmente cultivada por plantas de plataneras.

Según los expertos la formación se produjo debido al contacto entre el magma volcánico que emanaba con el agua, esto provocó intensas explosiones por la expulsión de gases.

Hoy día en la zona se pueden encontrar restos de cuevas que los habitantes utilizaban como refugio o vivienda, actualmente está habitada por pocas familias.

Con respecto a la flota de La Caldera del Rey hay que destacar las tabaibas, las especias más abundantes y plantas ornamentales, también hay interesantes aves como el cernícalo o el camachuelo trompetero.

El Parque Natural de Pilancontes ubicado en la localidad de San Bartolomé de Tirajana, es designado como espacio protegido en 1987, un área de sensibilidad ecológica con “motivos de prevención de impacto ecológico”. El Parque Natural de Pilancones alberga los montes públicos de Ayagaures y de Pilancones, está colindado por el Parque Rural de Nublo y el Paisaje Protegido de Fataga y a su vez alberga la zona de especial protección para las aves.

Debidos a sus especiales características, el Parque Natural de Pilancontes tiene un importante papel en la protección de los suelos y en la recuperación de acuíferos. Uno de los puntos más interesantes del paraje natural es el pinar de la variedad canaria situado en la parte más alta, un lugar muy favorable para las poblaciones avícolas de ahí que esté en zona de especial protección para aves. En las partes más bajas la flora protagonista está dominadas por cardonales y tabaibales.

El parque tiene unas dimensiones que superas las 5,700 hectáreas, tiene profundos barrancos y estrechos interfluvios, es posible encontrar especies endémicas en peligro de extinción e importantes yacimientos arqueológicos como la Necrópolis Tumular de Arteara.

El Parque Natural de Tamadaba está situado en la localidad de Agaete en la isla de Gran Canaria. Lo más destacable de este entorno natural es que uno de los territorios que la mano del hombre menos ha alterado, lo que muestra la riqueza que guarda este punto de Agaete. Tamada cuenta con unos 7,500 hectáreas que va desde la costa occidental de la isla y está declarado por la Unesco como Reserva de la Biosfera. Los bosques de pino canario autóctonos en las cumbres y los imponentes acantilados y la biodiversidad que se puede hallar en los barrancos son los elementos que hacen que este parque sea tan rico.

En el Parque Natural de Tamadaba hay que pasear a la sombra de los pinos canarios o hacer un picnic en el área recreativa de Llanos de La Mimbre o admirar desde el pico de La Bandera el tupido bosque cargado de vida.

Desde el mirador de El Balcón, aun dentro del Parque Natural de Tamadaba se puede tener una visión fabulosa de los acantilados marinos que tienen una curiosa forma de cola de dragón o la playa de Guayedra con su barranco salpicado de palmeras.