Monumentos de César Manrique

Manrique, nació los Jameos del Agua, aprovechando el desplome sufrido por el techo de un tubo volcánico. Aquel basalto, aquellas rocas oscuras y sin vida, resurgieron de la imaginación en un surtido de colores que inivitan a recorrer el tubo y disfrutar de su recorrido, de su Auditorio y de los curiosos cangrejos ciegos que allí habitan.

primero que llama la atención cuando se llega hasta él son las impresionantes vistas donde es posible divisar la vecina y pintorescas isla de la Graciosa.

El Mirador del Río está ubicado a una altura de 480 metros, sólo por encima en Lanzarote se encuentra Peñas del Chache, y se puede ver una espectacular estampa marina. El mirador fue creado por el artista César Manrique, lo que hizo fue convertir una vieja posición militar de artillería en un lugar nuevo, perfecto para disfrutar de panorámicas inolvidables.

Tiene el nombre de El Río debido a que es como se conoce el estrecho que separa la isla de La Graciosa de Lanzarote.

El mirador de El Río tiene un anfiteatro que sorprende a los visitantes construido en piedra y hace la función de recepción general. Manrique quería esconder el paisaje espectacular que hay su espalda para mantener en vilo hasta el último momento a los visitantes.

Se puede divisar a demás de la isla de la graciosa, también Montaña Clara y Alegranza, además del Roque del Oeste y el Risco de Famara.

Fundación César Manrique, una institución privada situada en el Taro de Tahiche que pertenece al municipio de Teguise. La Fundación tiene como principales áreas la protección del medio natural, promover las artes plásticas e invitar a la reflexión cultural.

El centro de la Fundación César Manrique fue inaugurado en 1992, es la antigua casa del Manrique que ha sido reconvertido en museo. En las instalaciones se pueden encontrar dos colecciones, la primera de ellas es de arte contemporáneo con obras de artistas de la misma generación y la segunda de las colecciones es representativa con lo mejor del artista.

Lo más impresionante del edificio, que fue casa-estudio de Manrique, es que está situada sobre una cola lávica de la erupción que tuvo lugar entre 1730-36, aprovecha la formación de burbujas volcánicas para configurar un lugar habitable sorprendente. El exterior del museo está inspirado en la arquitectura tradicional de la isla de Lanzarote.

La Fundación César Manrique recibe alrededor de 300,000 visitantes al año lo que la convierte en uno de los lugares de referencia en Teguise.

diferentes piscinas y un gran lago central artifical. En total, el complejo de ocio cuenta con 100.000 m2. en el que se unen las piscinas con jardines, zonas de restauración y hamacas, diseño en el que tiene especial relevancia la piedra volcánica tan característica del norte de la isla.

Localizado en lo que antiguamente eran los "Llanos de Martiánez", una zona de playas y charcos, el diseño vino de la mano del conocido arquitecto lanzaroteño César Manrique.

de Tibaje. Este lugar es imprescindible para poder disfrutar de una de las vistas más bellas de toda la isla.

Desde El Mirador de la Peña se puede tener una panorámica perfecta del valle de El Gofio y ver con perspectiva el brutal deslizamiento que haces millones de años dio forma a esta parte de la isla. Es posible divisar la enorme dentellada de 15 kilómetros de ancho y entre 500 y 700 metros de alto que para hacerlo más bello se encuentra cubierta de una frondosa vegetación autóctona.

A los pies se observa una enorme llanura volcánica con viñas y frutales que finaliza donde el océano atlántico empieza a golpear la costa de El Hierro. Desde el Mirador de la Peña también es posible otear los vírgenes Roques de Salmoruno de los lugares donde se encuentra uno de los símbolos de la isla, los lagartos gigantes que sólo se encuentran en El Hierro. El edificio del mirador es una joya arquitectónica diseñada por el arquitecto canario Cesar Manrique a principio de los años 80.

El famoso artista se caracterizaba por crear espacios orgánicos, concretamente en el Mirador de la Peña, Manrique, utilizó numerosas plantas, amplios ventanales y techos de mampostería para crear un ambiente fresco y acogedor. Los jardines de alrededor del edificio también fueron diseñados por el arquitecto y como suele hacer en sus obras cuidó enormemente de que todo el complejo quedase integrados perfectamente en el entorno.

El propio mirador es también un restaurante donde se ofrece lo mejor de la gastronomía de El Hierro, sin lugar a dudas uno de los puntos más recomendables de la zona. En la primera década del 2000 el mirador fue declarado Bien de Interés Cultural.