Uno de los lugares más icónicos de Arrecife está situado en la Playa de Barlovento, no es la playa más concurrida ni la mejor playa de la zona pero es un barco encallado, llamado Telamón y que lleva ahí desde 1981.

La historia fue así, en 1981 el buque mercante llamado Temple Hall y finalmente denominado con el nombre de Telamón, de 139 metros de largo y 18 de ancho naufragó frente a las costas de Lanzarote. Antes de naufragar el Telamón venía cargado de troncos de madera desde Costa de Marfil y su destino era el puerto griego de Tesalónica, un accidente provocó una vía de agua antes de llegar a la isla de Lanzarote, fue remolcado hasta esta zona para evitar el bloqueo del puerto de Arrecife. Estos restos no fueron retirados y actualmente forma una de las estampas más curiosa y la vez más desconocidas de todo el archipiélago.

A la playa se puede llegar fácilmente en coche y está muy cercana a la zona urbana, la arena es de color oscura y es un sitio perfecto para tomar instantáneas curiosas. Desde la orilla se puede ver imponente parte del barco, puesto que durante su remolcaje la nave se partió en dos y una de ellas se hundió.

Uno de los sitios de referencia de Arrefice es el Conjunto Histórico del Castillo de San Gabriel situado en pleno litoral en uno de los islotes de la bahía.

Es Castillo de San Gabriel es una construcción que ejerció de fortín frente a la piratería que provenía de África. Para acceder hasta la fortificación se debe hacer a través de el famoso Puente de las Bolas, unos accesos que datan del siglo XVIII y que está construido de piedra y rematado con dos bolas.

Aunque están distanciados por unos 200 metros aproximadamente los dos elementos forman parte del conjunto y se entrelazan por dos vías empedradas. El Castillo no siempre tuvo este aspecto, en principio era una construcción más pequeña con los interiores en madera que ardió tras un ataque. En 1568 fue reconstruido por el ingeniero italiano Torriani.

El Castillo de San Gabriel tiene actualmente en su interior el Museo Arqueológico de Arrecife donde se exponen más de 2500 piezas de la época como vestigios prehispánicos, cerámica castellana y andaluza, colecciones de numismáticas, pequeños ídolos, incisiones de piedra, herramientas y utensilios primitivos. La fortaleza se encuentra rodeada de una pequeña playa de arena dorada, lo que aporta al lugar más belleza.

En Haría un paraje natural imprescindible que hay que visitar en la isla de Lanzarote, la Cueva de los Siete Lagos concretamente situado en la población de Haría. Muy cercana a otro de los lugares de interés del municipio, Cueva de los Verdes y Jameos del Agua en el Malpais de la Corona.

La Cueva de los Siete Lagos tiene unas dimensiones de unos 700 metros topográfiados, está dentro del sistema del tubo volcánico del volcán de La Corona y acaba cuando llega al mar en una cuota de -50.

Los expertos consideran la Cueva de los Siete Lagos como una de las cavidades con mayor interés de Lanzarote, un sitio perfecto para que los amantes de la espeleología pueda adentrarse. Al acceder se puede ver una gran boca de entrada, seguido de un destrepe por la parte izquierda, se puede ver galerías con techos altos y amplios, se aprecian grandes derrumbes y en la parte final un impresionante lado que se extiende por el tubo volcánico.

Se acceso se hace a través del Jameo Perdido, un jameo de unos 10 metros de altura, pasandolo el tubo se hace amplio con un recorrido sencillo al principio que se va complicando.

En el Municipio de Tinaja en Lanzarote hay uno de los elementos naturales más llamativos de la isla, el conocido como Monumento Natural de la Cueva de los Naturalistas o Cueva de las Palomas. Este interesante monumento natural se encuentra concretamente entre los municipios de Tías y Tinajo, tiene una superficie aproximada de unas 2 hectáreas y en 1994 recibió la clasificación de Espacio Natural de Canarias.

La Cueva de las Palomas o Cueva de los Naturalistas constituye un elemento geomorfológico singular y muy representativo, los visitantes que accedan a él quedarán sorprendidos con las galerías que discurren por su interior, la gran belleza que guardan sus diferentes salas y el interés científico lo que hace que se diferencie destacadamente de otras cuevas de la isla.

El tubo volcánico lo formó las coladas pahoehoe de las fases finales de la erupción de Timanfaya en tre 1730 y 1736. La formación se asocia a los cambios del volumen de lava emitidos durante el periodo activo, su interior ha sido cartografiado por espeleólogos y tiene una orientación Norte sureste y se extiende a lo largo de una longitud de 1640 metros. En el trazado que dibuja se divide en 2 ramales, tienen un alto grado de conservación y se caracteriza por mostrar toda la gama de morfologías características de este tipo de cuevas volcánicas.