La Iglesia de San Francisco es un templo religioso que se encuentra en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. En sus orígenes fue un convento Franciscano y es considerada la segunda parroquia más importante de la capital de Tenerife tras la Parroquia Matriz de la Concepción. La Iglesia de San Francisco es uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca que se encuentra en el archipiélago canario y destaca la colección de arte sacro que hay en su interior.
En el templo se puede encontrar la imagen del Señor de las tribulaciones que se venera bajo el título de Señor de Santa Cruz.
Dentro de las instalaciones se pueden encontrar las la capilla mayor con la imagen de la Inmaculada Concepción procedente de Andalucía, la capilla de la Virgen del Retiro, el Señor de las Tribulaciones. Hay que destacar los retablos de la Virgen de la Consolación, San José, San Buenaventura, San Antonio de Padúa, Retablo de la Porciúncula, el del Santo Hermano Pedro o el altar de Ánimas.
Otras imágenes que se pueden encontrar en la iglesia esa la del Sagrado Corazón de Jesús, María Auxiliadora, Cristo de Limpias, Virgen de la Candelaria, Santo Niño Jesús de Praga, Virgen de Fátima, Niño Divino, Virgen de Lourdes, Santo Niño del Remedio o la Virgen del Carmen
El Casino de Santa Cruz, situado en la zona céntrica de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, España. Es una edificación de porte monumental desarrollada en un volumen de forma cúbica que se articula sobre su vértice principal con una torre prismática. Su fachada principal orientada a la Plaza de la Candelaria posee un claro sentido de horizontalidad, definido por una balconada corrida sobre la planta principal, una destacada cornisa y un entablamento liso a los que se contraponen líneas ascendentes dadas por una sucesión de columnas desarrolladas en el cuerpo central en doble altura y la propia verticalidad dada por la proporción de la torre en esquina, que sobresale de la línea de cornisa y remata en una doble voluta enfrentada. Sobre el coronamiento el edificio ha crecido en sus dos frentes principales con dos volúmenes longitudinales de frente vidriado corridos, articulados en forma de "L" sobre el vértice de la torre principal. En los restantes vértices asoman incipientes torreones, pero muy poco desarrollados, limitándose a interrumpir la monotonía de la disposición horizontal del edificio.
En planta baja es de destacar el acceso principal, diferenciado del resto del cuerpo retranqueado, al configurarse como un volumen cúbico sobresaliente dominado por un racionalismo emergente en la sobriedad de la escalinata enmarcada en mármol negro. Pero el monumentalismo del inmueble prevalece en las columnas clásicas y en el repertorio decorativo, de ménsulas, molduras, almohadillado de la planta baja, etc.
Pero es en el interior donde el lenguaje racionalista aflora con mayor claridad a la vista de la amplitud del zaguán y del hall en planta baja, así como de los distintos salones en la siguiente; todo ello sin renunciar a elementos clásicos en el tratamiento de barandas, antepechos, soportes y cristaleras. El salón central se halla decorado por un tríptico de Néstor Martín Fernández de la Torre; mientras que en el hall aparece una pintura monumental de José Aguiar.