Situado en Gran Canaria, en el término municipal de Mogán se puede visitar el Faro de Punta del Castillete. Sirve de punto de referencia a los barcos que bordean la costa de la isla. El Faro de Punta del Castillete fue construido a principios de 1988. 
Un lugar perfecto para ver uno de los atardeceres más impresionantes de la isla de Gran Canaria.

Mogán tiene algunos yacimientos arqueológicos de mucha importancia, uno de ellos es el que conocido con el nombre de Las Crucecitas. Las Crucecitas es un yacimiento pre-hispánico que está situado en en la desembocadura de un barranco donde coinciden ambitos domésticos y espacios funerarios integrados en un mismo territorio. El yacimiento es un antiguo poblado indígena por el que se puede pasear y que tiene el nombre de Barranquillo Lomo Los Gatos, este está conectado con dos necrópolis una llamada La Puntilla y otra con el nombre de Las Crucecitas.

Todos estos restos arqueológicos dan buena muestra de que la ciudad de Mogán se hallaba habitada antes de la conquista. El yacimiento de las Crucecitas es un cementerio prehispánico colocado en ladera y formado por sepulcros en cuevas y en construcciones funerarias de piedra.

Éstas construcciones funerarias se disponen de forma escalonada, ofrecida en diferentes tipos según su situación. En uno de ellos se dan enterramientos en fosas rodeadas por un anillo de piedras, por otro lado hay otras de forma cuadrangular, actualmente se conservan 17 construcciones funerarias cuya excavación arqueológica ha permitido documentar restos esqueléticos de hasta 14 antiguos pobladores. El paraje arqueológico arroja mucha luz sobre las costumbre de los primeros ancestros que poblaron la zona de Mogán.

La localidad de Mogán tiene uno de los conjuntos arqueológicos prehispánicos más emblemáticos de la isla de Gran Canaria y que está dividido en varias partes. Por un lado está el poblado costero que se construyó en la desembocadura del barranco de Mogán y que creció hasta convertirse en uno de los asentamientos con mayor concentración de habitantes, un grupo de viviendas de piedra y que forman el poblado de la Cañada de los Gatos, después está la casa de las Siete Esquinas y por último las necrópolis de La Puntilla y Las Crucecitas con las cuevas de enterramiento.

El conjunto arqueológico de la Cañada de los Gatos está declarado Bien de Interés Cultural debido a la importancia dentro de la cronocultura de las poblaciones prehispánicas y por la buena conservación de todo el entorno.

Los antiguos habitantes de la Cañada de los Gatos eligieron este lugar para construir el poblado debido a las buenas condiciones que ofrecía el lugar, el clima, la existencia de agua corriente que venía del barranco, buenas tierras para ser cultivadas y la cercanía de la costa que ofrecía pesca.

La Zona Arqueológica de la Cañada de los Gatos está bien comunicada con los diferentes puntos del poblado para poder conocer el modo de vida de los antiguos pobladores.

El sitio etnológico Molino Quemado también conocido por el nombre de Molino de Viento a secas, se encuentra en el barrio del mismo nombre de Mogán. Este molino está situado a apenas 500 metros del núcleo de Mogán en un enclave a unos 200 metros sobre el nivel del mar. Es un molino de viento que se dedicaba a moler cereales para la obtención de harina, está formado por dos cilindros superpuestos, con una base de mampostería de 12 metros de diámetro y 1.5 de altura media y el cuerpo del edificio de 6,1 metros de diámetro exterior y 4,5 en su interior con 7 metros de alto. Con este diseño se logra el máximo aprovechamiento de la acción del viento.

El Molino Quemado es una construcción cilíndrica con mampostería con mortero de cal y arena, con dos plantas, techumbre cónica de vigas de madera y recubierta de latón.

El molino fue construido durante el siglo XIX y posteriormente ardió por completo por un incendio provocado por un pastor por venganza con el poder municipal. La falta que conservación provocó que el molino se fuese degradando hasta que a finales de los 90 fue restaurado, tras la intervención el molino se convirtió en símbolo de Mogán.