Situado en la parte norte de la isla de Fuerteventura, en Villaverde, un pueblo perteneciente a La Oliva se encuentra la Cueva del Llano. Se calcula que este espacio natural tiene más de un millón de años, siendo uno de los tubos volcánicos más antiguos del archipiélago canario.
Según los expertos La Cueva del Llano se formó tras la erupción del volcán de la Montaña Escanfraga. La cueva es un tubo de lava que cuenta con una longitud aproximada 650 metros, de los cuales se puede recorrer unos 400 metros puesto que los 200 restantes están cubiertos de sedimentos.
La Cueva del Llano ha tenido muchos usos a lo largo de su historia, ha servido como polvorín, almacén o para guardar el ganado. Tras muchos años de abandono y después de que su ecosistema se viera amenazado se realizaron una serie de mejoras para adaptar la cueva a las visitas turísticas, también se creo un centro de visitantes donde poder recibir información sobre su formación.
Dentro de la Cueva del Llano hay una fauna cavernícola peculiar, lo habitan artrópodos, como el pececillo de plata o un tipo de aracnido llamado opilión. Un lugar de obligada visita.
Una de las construcciones más emblemáticas que se conservan en La Oliva es la Casa de Los Coroneles. Este edificio se encuentra en una planicie conocida con el nombre de la rosa del coronel, está flanqueada por el lomo del Pájaro, la montaña del Frontón, la montaña de Escanfraga y el volcán de la Arena.
La casa de los Coroneles fue declarada Monumento Histórico Artístico en junio de 1979, poco después pasó a tener la consideración de Bien de Interés Cultural. En 2005 fue restaurado para dedicar las instalaciones a actividades culturales siendo inaugurado en noviembre de 2006.
La construcción de la Casa de los Coroneles data del siglo XVII, destinada a ser la residencia oficial del coronelato que tuvieron poder señorial durante esta época. El edificio tomó como modelo la vivienda doméstica canaria propias de la Edad Moderna. En la fachada se pude ver una serie de 8 balcones de madera que sobresalen, completado por otro cerrado en una fachada lateral, todos ellos con el estilo canario que caracteriza la arquitectura del archipiélago.
Este complejo civico-militar está dividido en cinco espacios que están interconectados: Plaza de armas, edificaciones tradiciones, caballerizas, explanada de actos y la rosa del coronel.
La fachada exterior destaca por tener una serie de huecos simétricos en las dos plantas, con ventanas de cuarterones en la parte inferior y balcones descubiertos en la parte superior. La parte central de la casa es de catenaria y aún hoy conserva el escudo de la familia Cabrera (El coronel Ginés de Cabrera Bethencourt y su familia vivieron en ella), los laterales tienen dos torres almenadas, una de las características más destacadas de los edificios de carácter militar.
La casa de los Coroneles es una clara muestra de la importancia de La Oliva, un lugar perfecto para conocer con mayor profundidad la historia de esta población.
Es curioso encontrar en Fuerteventura un homenaje a uno de los escritores más importantes de la literatura española, don Miguel De Unamuno. Unamuno nació el 29 de septiembre de 1864 en Bilbao, se doctoró en la Universidad de Madrid y estuvo dando clases como catedrático de griego en la Universidad de Salamanca desde 1891. En 1901 fue nombrado rector pero en 1914 fue obligado a dimitir por sus ataques a Alfonso XIII.
En 1924 Miguel Unamuno fue confinado en la Isla de Fuerteventura debido a sus enfrentamiento con la dictadura de Primo de Rivera, desde allí huyó a Francia en exilio voluntario hasta la caida de régimen en 1930. Miguel de Unamuno estuvo en la isla durante un periodo de 4 meses y lejos de ser una estancia tortuosa como pretendía Primo de Rivera, resulto ser más que un castigo, un regalo para él.
En honor de su estancia en Fuerteventura, cercana la población de La Oliva se encuentra un monumento en memoria del escritor. Situada concretamente en la Montaña Quemada a tan sólo 2 kilómetros de Tindaya existe una escultura con la figura del escritor que fue tallada por el artista Juan Borges a raíz de un boceto realizado por Juan Ismael.
La figura del dramaturgo está orientada hacia la Montaña de la Muda quedando a su espalda la Montaña Quemada. Al monumento es fácil llegar, a través de una pista de tierra que sale dirección sur a pocos kilómetros ya se puede divisar.
En este mismo lugar Unamuno dijo lo siguiente: Si viese que mi fin se acercaba y que no podía morir en mi tierra propia… o en mi Salamanca… iría a acabar mis días ahí, y mandaría que me enterrasen en lo alto de en lo alto de la Montaña Quemada.
No es este el único homenaje que Unamuno tiene en la Isla, también hay un un museo dedicado a la figura del escritor en la capital.