La Casa de los Balcones o Casa Fonseca es una casa de La Orotava, en la isla de Tenerife en el archipiélago español de las Islas Canarias, característica por sus balcones y patio interior de madera tallada. Se construyó en el año 1715 (hay algunas publicaciones que marcan el año 1632 ) y destaca, sobre todo, por el balcón de tea tallada que tiene en su planta superior.
Precisamente el balcón de la planta superior (cuenta con tres plantas) está elaborado en madera de tea de pino canario y se muestra como un conjunto tallado y corrido, de gran belleza.
En la segunda planta, en su fachada, se pueden ver otros cinco balcones individuales, estos de hierro, mientras que en la primera planta, dos grandes ventanales por cada lado flanquean la puerta de acceso, tachonada.
Del interior destaca su patio interior en dos alturas, el cual está rodeado por columnas de madera rematadas en capitales corintios que soportan a una riquísima balaustrada de madera y alegremente coloreado por su exuberante vegetación. Curiosamente, para acceder a la planta superior hay que hacerlo a través de una escalera de caracol tamibén realizada en tea de pino canario, tan tradicional en la arquitectura colonial local. Las habitaciones superior son las que albergan el museo de la Casa de los Balcones.
La Casa de los Balcones tiene además centro de enseñanza, fomento y divulgación de las labores artesanales típicas para que éstas no se pierdan. Cuenta con tienda propia donde se venden estos productos tan típicamente canarios.
También se puede visitar la Casa de Eladia Machado, antiguo taller de caladoras fundado en 1932. El edificio destaca por su portada plateresca con columnas laterales, y su estrecho balcón superior.
Situado en uno de los edificios más destacados de Santa Cruz de Tenerife se encuentra el Museo de La Naturaleza y el Hombre, en lo que fue el antiguo Hospital Civil de Nuestra Señora de los Desamparados que data de 1745 y que una importante remodelación en el siglo XIX lo dejó con el aspecto actual.
La fachada del Museo destaca porque es un claro ejemplo de la arquitectura neoclásica del archipiélago canario, esto hizo que el edificio fuese declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento en 1983.
La importancia del museo es vital, en sus instalaciones se puede conocer profundamente la riqueza natural que albergan todas las islas del archipiélago canario. Además se puede encontrar mucha información y una colección sobre cultura guanche, que fue el pueblo aborigen que habitaba la isla de Tenerife antes de que llegaran hasta ella los conquistadores europeos.
De lo expuesto en el museo quizás la parte más interesante es la dedicada a la arqueología y al Mundo Funerario aborigen, además una gran cantidad de cráneos guanches no momificados, situados en una gran vitrina. También cabe destacar las vasijas de cerámica guanches y ánforas romanas junto con otros artefactos arqueológicos como la Piedra Zanata.
El Museo de Historia y Antropología conocido por sus siglas MHA, se ubica en la Casa Lercaro en la ciudad de San Cristóbal de la Laguna, municipio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.
El inmueble data de finales del siglo XVI que fue cuando una familia de comerciantes que llegaron la isla desde Génova tras la conquista inicia su construcción, esta familia eran los Lercaro.
El Museo de Historia y Antropología se inauguró en 1993, el objetivo de la apertura de este museo es divulgar el devenir histórico de la isla de Tenerife. En el museo se ofrece una visión del desarrollo que ha tenido la isla en lo institucional, social, económico y cultural entre los siglos XV y XX.
En el museo se llevan a cabo numerosas actividades, se realizan investigaciones, conservación, difusión de fondos y colecciones del a historia de la isla. La programación de actividades que se realiza en el MHA es amplísima son tanto actividades culturales como didácticas.
El Museo tiene vocación de ser punto para la memoria histórica y la reflexión sobre la cultura contemporánea, para estudiar el pasado y sentar bases tanto para el presente como el futuro de la Isla.
Lo más curiosos del Museo de la Ciencia y el Cosmos que se encuentran en San Cristóbal de La Laguna es que no es un museo tradicional. Es uno de esos museos cuyo objetivo no es simplemente ver experimentos científicos o que técnicas se utilizan, lo que pretenden este tipo de museos es divulgar la ciencia de forma divertida, entretenida e interactiva. Utilizando los medios disponibles en el Museo de la Ciencia y el Cosmos y contando con la colaboración de los visitantes, la visita resultará una experiencia inolvidable para grandes y pequeños.
El Museo de la Ciencia y el Cosmos fue creado en 1993, pertenece al Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife, fue impulsado por el Instituto de Astrofísica de Canarias con las siglas IAC.
Este museo está considerado el museo de ciencia y astronomía más importante del archipiélago Canario y uno de los más importantes de España. Entre los elementos a destacar dentro de las instalaciones, cabe mencionar el Planetarium o el Viaje Interestelar que se puede ver mediante hologramas.
Los que visiten el museo podrán experimentar de primera mano todas las experiencias disponibles, es posible conocer los principios de la naturaleza, el funcionamiento del cuerpo humano o el de las estrellas.
Los hornos de Brea se encuentran situado en la población de Arico, en pleno Parque Natural de La Corona Forestal. En esta zona se conservan hoy día aún vestigios de lo que fue una importante industria que empezó a proliferar después de que finalizase la conquista de Tenerife allá por 1496 y cuya actividad se extendió hasta finales de 1640.
Los hornos de brea es anterior a la fundación del municipio de Arico y eran portugueses los maestros que se encargaban de su funcionamiento. La brea era un producto con gran interés para países como España, Holanda, Francia o Reino Unido, se utilizaba para impermeabilizar de barcos y para obtener 15 kg del producto era necesario 100 kg de leña.
El cabildo concedía concesiones administrativas para la explotación de las zonas forestales, a cambio de financiación a través de impuestos.
En la actualidad algunos de estos hornos aún se conservan y en este punto de Arico es posible poder descubrirlos.