Otro de los caseríos de La Gomera que conservan muy bien el paso del tiempo es el Caserío de Taguluche. Este núcleo poblacional se encuentra situado dentro del termino municipal de Valle Gran Rey, destaca por conservar y realzar la típica arquitectura canaria y está situado en un valle al que se accede a través del pueblo de Vallehermoso.
Es muy recomendable subir a las alturas para ver la belleza que desprende la coqueta Taguluche, para ello es necesario subir hasta el Mirador del Santo desde el cual se puede ver la situación de las viviendas en el valle, rodeado de parcelas destinadas al cultivo.
Hay que destacar la pequeña ermita, orgullo de los habitantes de Taguluche y que está construida en piedra de Arure. Llamará mucho la atención que desde este mirador se pueden ver el majestuoso palmeral, uno de los más importantes del archipiélago canario por lo que ha sido declarado Lugar de Interés Comunitario por la Unión europea.
Las verticales laderas rocosas que rodean Taguluche realzan aún más su belleza, y donde se ven perfectamente las terrazas creadas por la mano del hombre para los cultivos, unas tierras regadas por las aguas que nacen de los manantiales.
En pleno Valle Gran Rey está el caserío de Las Hayas, concretamente en la parte alta del municipio, se encuentra a unos 1000 metros sobre el nivel del mar lindando con el Parque Nacional de Garajonay.
La población de Las Hayas se encuentran más o menos semi agrupadas, lo cruza la carretera con la une con otros núcleos poblaciones como Arure o Chipude. Esta parte de La Gomera se dedica especialmente al cultivo de la patata y los frutales, además se ve una gran presencia de palmerales aun estando situado a más de 1000 metros de altitud.
Las fiestas principales del caserío de Las Hayas se suelen celebrar en septiembre en honor de la Virgen del Coromoto.
Artenara ofrece una de las zonas arqueológicas de la Isla de Gran Canaria es el Yacimiento de Acusa Seca. En este punto de la localidad es posible ver cuevas con pinturas rupestres, enclaves sepulcrales, cuevas que fueron graneros, cuevas que fueron habitadas o eran incluso habitaciones. Además del valor arqueológico que ofrece Acusa Seca también cabe destacar el valor etnográfico como puede ser la agricultura de policultivo o la tradición en artesanía, como alfarería.
Acusa fue un núcleo de población hasta 1920, el más importante de la localidad de Artenara en lo que había que destacar la riqueza agrícola y ganadera.
Existía una importante población aborigen que utilizó el mestizaje tanto de los colonizadores europeos como los primeros pobladores, en esta zona se estableció la primera ermita, en la Cueva de San Juan.
A principios del siglo XX las cuevas más inaccesibles por la parte de Acusa Seca quedaron desiertas mientras que la parte de Acusa Verde si quedó habitada. Por ello Acusa conserva algunas cuevas que fueron viviendas de los pobladores y que fuero excavadas en la pared. Se puede visitar la Cueva Pintada o el Granero del Álamo que servía de almacén para el grano que recolectaban los habitantes.